El examen de Historia de la Filosofía en la PAU

¿Qué hacer para presentarnos a la PAU en Historia de la Filosofía con unas mínimas garantías de éxito? Antes que nada, recordemos cuál es el planteamiento del examen.

En primer lugar, nos encontraremos ante dos opciones a elegir, de las cuales habrá que desarrollar las cuestiones presentadas en una sola de ellas, sin poder seleccionar las preguntas de una y otra que más nos convengan. En este primer paso habremos de calcular muy bien cuáles son nuestros puntos fuertes de cara a la resolución de la prueba, puesto que las preguntas 1 y 2 guardan relación, si bien la 4 y la 5 no. Acudamos a las partes de las que consta cada una de las opciones para valorar nuestra elección.

La pregunta 1 es un fragmento de las obras analizadas a lo largo del curso. Correspondiente a uno de los autores ya estudiados, su contenido girará en torno a un tema o problema de los cinco que hemos visto por autor: teoría del conocimiento-metafísica, teología, antropología, ética-moral, sociedad-política (etiquetas estas que pueden sufrir alguna ligera variación en función del texto, pero que no debería costar asociar con los cinco grandes bloques temáticos ya referidos).
En esta primera pregunta nuestro objetivo será exponer con la mayor claridad y precisión posible la estructura interna del fragmento, esto es, analizar el planteamiento que hace su autor siguiendo un esquema de premisas y conclusiones asociadas entre sí. Ello implica un barrido de todas las ideas presentes en el texto y puede traer consigo una primera aproximación conceptual a la filosofía del pensador en cuestión atendiendo a las palabras clave que encontremos en el fragmento, lo que supone avanzar contenidos de la pregunta 2 (en la siguiente entrada de este blog se puede ver con más detalle cómo realizar el comentario de texto).

En la pregunta 2 trataremos de desarrollar íntegramente el pensamiento del autor del texto, centrándonos en el tema o problema que presentaba el fragmento ya comentado. Nuestra recomendación es iniciar la sistematización de las ideas del filósofo haciendo una brevísima reseña biográfica del mismo (lugar y época, principal interés vital) y añadiendo a continuación cuáles son los temas que aborda en la obra comentada. Dicho esto, pasaríamos a desarrollar el problema planteado en el texto, pues su contenido supondrá la mitad de la puntuación de esta pregunta. Una vez acabado este apartado, seguiríamos con la exposición del resto de bloques temáticos, intentando dar un equilibrio a todo el conjunto tanto en extensión como en profundidad.
Aquí la clave es acudir a los principales conceptos que presenta el autor en todas y cada una de las áreas estudiadas dentro de su pensamiento, a fin de no dejar ninguna idea importante fuera de este desarrollo sistemático.

Viramos entonces a la pregunta 3, donde se nos preguntará sobre el problema expuesto en el texto en otro autor distinto al comentado, perteneciente a una de las cuatro épocas filosóficas que hemos visto a lo largo del curso (antigua, medieval, moderna y contemporánea).
En función de cuál sea nuestro fuerte, acudiremos a uno u otro pensador dentro de dicho marco temporal. Aquí conviene tener muy presente que no todos los filósofos abordaron por igual los apartados propuestos y que, aunque probablemente hayamos visto el tema a desarrollar en todos los autores, no en todos tiene la misma relevancia.
Esto significa que habremos de seleccionar con mucho cuidado a nuestro filósofo, para lo que habrá que tener en cuenta en qué apartados están los puntos fuertes de cada pensador.

Como en la pregunta 4 nos va a suceder algo muy parecido a lo de la pregunta 3, nada más que cambiando el problema a desarrollar, es del todo conveniente tener en cuenta las siguientes indicaciones a la hora de escoger al filósofo y su tema:

-Dentro de la filosofía antigua, tanto Platón como Aristóteles presentan contenidos sustantivos en todos y cada uno de los apartados propuestos. Esto significa que queda a elección del estudiante elegir a uno u otro para las preguntas 3 y 4, si bien desde aquí recomendamos el conocimiento-metafísica y la antropología platónicas, así como la ética-moral y la sociedad-política aristotélica.

-En la filosofía medieval nos encontramos ante un caso parecido, puesto que Agustín de Hipona y Tomás de Aquino también tienen peso específico en cada bloque. Ahora bien, si tuviéramos que decantarnos por uno de ellos en algún apartado en concreto, nos quedaríamos con Agustín de Hipona en teoría del conocimiento-metafísica, ética-moral y sociedad y política así como con Tomás de Aquino en teología y antropología.

-A la hora de escoger a los autores en filosofía moderna, y dado que únicamente hemos seleccionado aquellos que son susceptibles de ser incluidos en las preguntas 1 y 2 por tener texto a comentar, habremos de tener en cuenta los puntos fuertes de cada uno de ellos. Descartes se presenta como nuestra principal baza en teología y antropología, al tiempo que Kant es nuestro filósofo para teoría del conocimiento-metafísica y ética-moral. Por su parte, Rousseau plantea el modelo de sociedad-política más completo. No es que Hume desmerezca como autor reseñable, ni mucho menos, pero consideramos la elección propuesta (sobre todo la de Kant, cuya presencia coincide con los apartados donde también hemos estudiado a Hume) como la más adecuada.

-Dentro de la filosofía contemporánea, Marx se erige sin ningún género de dudas como nuestra principal opción en sociedad-política. Nietzsche sería el nombre a barajar, también sin mucho margen de dilación, en los apartados de teología, antropología y ética-moral. Por último, elegiríamos bien Wittgenstein bie a Ortega y Gasset para el apartado de teoría del conocimiento.

En fin, son muchas las variables que entran en juego a la hora de afrontar estas elecciones. No menos importante que la selección de autor y tema es la cuestión de la puntuación en cada pregunta. Teniendo en cuenta que la pregunta 1 se valora sobre dos puntos, la pregunta 2 sobre cuatro (de los cuales uno es para el desarrollo de la problemática presentada en el texto) y las preguntas 3 y 4 sobre dos respectivamente, habremos de ajustar la extensión de nuestras respuestas y la profundidad de las mismas a lo que sabemos, lo que se nos pide y lo que materialmente podemos hacer.

Una vez estimadas todas estas variables en su conjunto, nuestra recomendación final se resume en los siguientes puntos:
-elegir una de las dos opciones en función del equilibrio general que podamos presentar al final de la prueba en su totalidad, esto es, habiendo contestado a todas las preguntas con un mínimo de rigor;
-dedicar los primeros minutos de examen a realizar un breve esquema de las tres preguntas estrictamente teóricas (2, 3 y 4), con el objetivo de fijar en este momento sus contenidos y ganar tiempo posteriormente en su redacción;
-leer el texto con atención, subrayando sus ideas principales y marcando los conceptos clave, añadiendo comentarios en los márgenes que nos puedan ayudaren en su inmediato análisis;
-ejecutar el comentario de texto, aportando algunos contenidos teóricos allá donde encontremos ocasión para ello, anticipando de esta forma el planteamiento de la pregunta 2;
-resolver la pregunta 2 ayudándonos del esquema que habremos esbozado al inicio del examen;
-contestar a las preguntas 3 y 4 siguiendo el mismo patrón utilizado en la pregunta 2.

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